La insoportable levedad del trabajo: Cuando las manos ya no saben lo que crean

La innovación orgánica

Con la digitalización han surgido nuevos modelos de trabajo y me gustaría compartir con vosotros una reflexión que me hacía este fin de semana mientras confeccionaba una presentación en mi portátil.

Antes, y a lo largo de los tiempos, hemos trabajado directamente con cosas físicas que nos ponen en contacto con el resultado esperado. Era necesario tocar la materia, moldearla, impulsarla para tener resultados: resultados físicos, palpables. 

El maestro armero sentía el sudor frío del acero al templarlo; el agricultor olía la tierra húmeda anunciando vida; la tejedora escuchaba el crujir rítmico del telar. Sus manos no solo hacían: dialogaban con la materia. 

Hoy, en cambio, nuestro sudor se evapora en reuniones de Zoom, y el único molde que dominamos es el de las células de Excel.

¿La productividad digital nos ha robado el alma del trabajo o simplemente la ha transmutado?

Antes, forjábamos espadas, tejíamos lana, plantábamos semillas. Cada movimiento dejaba una huella visible, olorosa, térmica. El cansancio olía a metal caliente o a tierra mojada.

Ahora, deslizamos dedos sobre vidrio frío. Nuestros "martillos" son clicks; nuestro "yunque", una nube. ¿Dónde está el sudor digital?

Cuando trabajamos en un power point, un word, un excel, ¿qué estamos haciendo? 

Vendemos sueños en slides. Convertimos ideas en mini-Universos visuales que desaparecen al cerrar la laptop.

Tejemos palabras como hilanderas del siglo XXI, pero el hilván es etéreo. ¿Cuántas versiones de un documento han muerto en Archivo_Final_v27?

Los cirujanos que operan con robots sienten la resistencia del tejido a través de feedback háptico. La tecnología, bien usada, puede devolvernos la textura.

Además, os indico un dato curioso que ratifica lo que os cuento: según el MIT, el 67% de los trabajadores creativos extrañan ver el impacto directo de su labor.

Si un algoritmo puede hacer tu PowerPoint… ¿qué te hace indispensable?

 

Cada vez el resultado del trabajo es más intangible. ¿No os parece?


Javier Córdoba

MFt studio

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